El macho emite un singular silbido aflautado, audible a mucha distancia (tiri-oliuuu). El canto de la hembra, menos frecuente, es más corto, breve y agudo. Ambos son imitados a veces con maestría por los estorninos. También profieren un reclamo áspero, que recuerda al de un córvido (cueeejj).
Ave de tamaño similar a un mirlo y llamativo color amarillento. El macho exhibe un intenso color amarillo limón en la cabeza — rayada con una línea ocular oscura— y en el cuerpo, que contrasta bastante con las anchas y redondeadas alas, totalmente negras, a excepción de dos parches amarillos a la altura de la articulación de la muñeca. La cola es igualmente amarilla, aunque presenta una ancha banda terminal negra. Posee patas de tono grisáceo y pico rojizo. La hembra, que recuerda a un pequeño pito real, muestra tonos más apagados que el macho, con partes superiores de color verde oliva e inferiores blanquecinas y rayadas en gris. Tiene las alas y la cola pardas, y el pico rojo sucio.
Los jóvenes son casi iguales a las hembras, aunque con el pico pardo oscuro y el ojo negruzco. Se trata de un ave esquiva, por lo que la mayoría de las observaciones corresponden a individuos en vuelos breves entre la espesura. Su vuelo, directo y ondulado, alterna aleteos y alas plegadas, de modo similar al del pito real. Su carácter agresivo se evidencia en los frecuentes acosos a otras especies, incluso de mayor tamaño.
En España se trata de un ave estival, con invernada en el África subsahariana. Las primeras observaciones se producen a mitad de abril, con ocupación rápida de los territorios a finales de ese mes y principios de mayo. Los machos llegan 7-10 días antes que las hembras, y hasta últimos de mayo pasan ejemplares en tránsito hacia el norte de Europa. La migración otoñal se inicia a primeros de agosto, aunque las partidas se concentran al final de ese mes, con pocas observaciones ya a principios de septiembre.
En Europa se calcula que existen unos 5 millones de parejas, con mejor representación en los países del sureste. La población reproductora española, poco conocida, se estima en unas 175.000 parejas.
Izquierda hembra,derecha macho |
No se trata de una especie amenazada. Los resultados obtenidos por el programa SACRE entre 1998 y 2005 reflejan una tendencia claramente
positiva y constante, cifrada en un 5,5% anual. A escala europea, su situación resulta similar, con un aumento estimado del 23% entre 1982 y 2003.
No se conocen problemas específicos, y las posibles amenazas, de tipo general, derivan de la pérdida de hábitat en sus zonas de cría —sobre todo
por cambios y desaparición de sotos fluviales— e invernada —básicamente como consecuencia de la deforestación y desertificación en tierras africanas—. Aparece como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.