viernes, 26 de febrero de 2016

Herrerillo Común ( Cyanistes caeruleus )

           Insectívoro forestal, ruidoso y activo, resulta muy conspicuo por su llamativa combinación de colores azules y amarillos. Frecuenta parques, y para criar se acomoda muy bien en huecos —tanto naturales como artificiales—, especialmente en cajas-nido. Se trata de uno de los pájaros más extendidos y populares.

       No hay que confundirlo con el Carbonero común o con el herrerillo africano, los tres son muy parecidos en forma y color además el tamaño varia muy poco uno de los otros.


Herrerillo Áfricano

            
Carbonero Común

               

   Sus alas, cola y cabeza exhiben un bello color azulado, que se completa con un collar azul cobalto. El dorso posee tintes verdosos, y las partes inferiores son amarillentas. Presenta mejillas de color blanco en los adultos y amarillo pálido en los volantones.

   La coloración general podría recordar a la de un carbonero común. Pero este es notablemente mayor, con la cabeza negra y una banda de igual color que divide en dos el amarillo del pecho.

   Tamaño de 11,5 cm medido desde el pico hasta la cola. El único paro con píleo, alas y cola de color azul cobalto vivo. Partes inferiores amarillas; mejillas blancas con lista negra a través del ojo y rodeando la nuca, de color negro azulado; dorso verdoso.


   


    Dimorfismo sexual poco aparente, el macho presenta el píleo de color más vivo que la hembra y la banda negro azulada que rodea el cuello es más ancha en los machos.

    Aparece en todas las provincias peninsulares y en Baleares. Evita las zonas carentes de vegetación arbórea. Así, es raro en el tramo central del valle del Ebro, en el sureste ibérico y en algunas zonas del valle del Guadalquivir y de la provincia de Valladolid. En el tercio norte peninsular se encuentra la subespecie caeruleus, que hacia el centro y el sur deja paso a ogliastrae. Para algunas poblaciones de las Baleares se propone la subespecie endémica balearicus.






   



        Resulta muy frecuente en bosques de frondosas perennes (encinares, alcornocales). Ocupa tanto formaciones abiertas como adehesadas, parques y huertos. Solo se enrarece en ambientes carentes de arbolado y en los bosques de coníferas, especialmente si son masas de una sola especie. Puede alcanzar los 2.000 metros de altitud en las sierras meridionales, pero la cota disminuye durante el invierno. En este periodo explora todo tipo de hábitats, incluyendo cañaverales y carrizales.

Es un ave insectívora, aunque no de forma estricta. Se alimenta de numerosos invertebrados (arañas, coleópteros, dípteros, larvas de lepidópteros, hemípteros, etc.). También picotea brotes e ingiere semillas —incluyendo piñones— y la pulpa de frutos carnosos (moras, higos, bayas de saúco, olivas, etc.).







       La especie se ve afectada por la pérdida de bosques, el uso de insecticidas contra las plagas forestales y la escasez de huecos para criar. Las cajasnido constituyen una buena solución si se manejan adecuadamente (dibujo 3); de no ser así, los nidales favorecen la sobredepredación de huevos, pollos y adultos. Asimismo, el control con insecticidas de las plagas forestales también perjudica a este y otros páridos. El herrerillo común está considerado como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.




            Emite múltiples reclamos, algunos muy parecidos a los sonidos producidos por otros páridos, como el carbonero común. Sin embargo, los sonidos del herrerillo común son mucho menos potentes. Frecuentemente reproduce con rapidez una estrofa compuesta por trinos cortos, finalizados con una “risa” (tit-tit-tit-chuuarr), que además puede ir seguida de chasqueos. El canto más común es un tiit-tiit-tutu… muy agudo y que continúa con vibraciones muy variadas.






  






























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